Extracto del Capítulo 6, Acto I de "Mi hija y la ópera"

«Distinguió, en el otro extremo de la playa, a una mujer que caminaba sobre la orilla en la dirección donde Andrés se encontraba; lucía un largo vestido blanco que ondeaba al viento al igual que su cabello, con una mano elevaba parte del atuendo, aunque no dedicaba demasiado esfuerzo en preservarlo de la humedad; en la otra, unas san­dalias. Fascinado por aquella imagen se fue aproximando hasta descubrir que se tra­taba de Patricia que paseaba abstraída, con su pensamiento lejos de allí. El sol en la cara impidió que ella advirtiera la silueta de Andrés que se acercaba corriendo hacia su posición. A pocos metros para encontrarse, él aminoró la carrera y fue entonces cuando ella le reconoció no pudiendo disimular su sonrisa por aquella sorpresa.»

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Página 9 de «Mi hija y la ópera»

Isidoro Galisteo, de Úbeda, Jaén