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Mostrando entradas de septiembre, 2023

Página 89 de «Mi hija y la ópera»

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  Andrés, III Nuestro protagonista se convirtió en un joven retraído e inseguro tras aquel fracaso sobre el escenario. Su renovada amistad con José Blázquez —y la comitiva que solía acompañarle en sus juergas nocturnas— propiciaron que adquiriese hábitos poco saludables, conducta que se incrementó cuando se independizó. Adquirió una vivienda en el séptimo piso de uno de los bloques de Urbincasa, en la calle Almirante Baldasano, cercana a la casa de su padre. Fue en agosto de 1975, cuando escuchó el aria de «Nessun dorma» de la ópera Turandot que provenía de un balcón cercano. Sería el decaimiento producido por estar varios días de resaca o la tristeza que irradiaba aquella última tarde de agosto, o tal vez una lejana evocación de su madre o el recuerdo de su solitario padre, con el que apenas conversaba fuera del trabajo, o todo junto, que la melodía exaltó la más profunda emoción que jamás había sentido por unas notas musicales. Había anochecido cuando salió a dar un paseo con aquel c

Página 81 de «Mi hija y la ópera»

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 7 Teresa regresó a la semana siguiente con la excusa de que debía realizar un trabajo en Moratalla, una localidad cercana a Calasparra. Estuvo un par de noches en casa, las del miércoles y jueves. Alegaba que una cena con nuestra compañía siempre sería más cálida que la fría estancia en un hotel. Mi padre ingenió un plan, logrando que ella se hospedase con nosotros minimizando mi desaprobación: él me cedería su dormitorio y ellos dormirían en cada una de las camas de mi cuarto, mi padre en la mía —especificó insistente— y Teresa en la que solía acostarse mi tía. La mujer procuró ganarse mi cariño en aquellas estancias nocturnas. Yo no conseguí ver en ella otra cosa que una intrusa que relegaba a Laura de nuestras vidas. Me dijo que el lunes subsiguiente debía terminar el estudio de calidad que desarrollaba en una fábrica moratallense y que, por ello, traería desde Cartagena a su perra para que jugase con Yako. Esa misma noche mi tía me llamó por teléfono para anunciarnos que vendría c