Párrafo del Capítulo 23, Acto II de "Mi hija y la ópera"
«Estaba empatada con aquel conocido crítico que
contaba con el aplauso de un público cada vez más contrariado. Para la
reputación del concurso el ganador debía de ser él, un hombre que por su
trabajo y estilo de vida habría visitado numerosas veces la ciudad de Nueva
York y otras grandes urbes del planeta. Yo, sin embargo, jamás había traspasado
la frontera de España. Con aquel pensamiento atraje a la suerte que, por
primera vez en mi vida, estuvo de mi parte.»
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