Lo ocurrido esta tarde en Lorca no se puede adjudicar a ningún grupo terrorista, no es culpa de un conductor borracho o de un marido celoso... Uno, no puede resalcir su malestar con nadie salvo con el lugar donde vivimos, y sobre todo, al destino. Decenas de miles de japoneses han sufrido recientemente un maremoto, seguido de un tsunami y las inefables consecuencias de una gravísima catástrofe ecológica como será lo de la Central de Fukushima (y si no, al tiempo). Por mucho que parezca y perdónenme los japoneses y otros habitantes del mundo, nada es comparable con sentir un terremoto y saber que a escasos cincuenta kilómetros han muerto personas esta misma tarde. Este mediodía, esas personas, mientras comían, harían reflexiones de este tipo: "¿Ganará el Barça la liga esta noche?", "¿Llegará bien mi marido de su viaje a Alemania con el camión?", "Tengo que llamar a mi madre, hace días que no la veo", "Mañana tengo una entrevista de trab