Adiós CNN+

    De muchos es sabida mi afición por dormir en el sofá con el televisor encendido. En las madrugadas televisivas, son pocos los canales que no sucumben a las bondades de los productos de la teletienda, a las cantamañanadas de una gorda de pelo teñido y sudadera en la frente que vaticina nuestro porvenir según la fecha de nacimiento (o vete tú a saber con qué otra imbecilidad) o a los concursos engañabobos cuyas fáciles preguntas están a años luz del Saber y Ganar o Pasapalabra y de cuyas respuestas, ni en sueños, me atrevería a responder en voz alta no vaya a ser que mi hija me tildara de gilipollas.
   
    Sólo habían dos canales que solía dejar encendidos y cuyo objetivo no era otro que el de la información a los que a modo de banda sonora me acompañaban hasta el amanacer (como si quisiera estar al tanto de lo que ocurre en el mundo mientras duermo con información subliminal). Uno de ellos era el Canal 24H Internacional de Televisión Española y el otro CNN+.

    Este último ha sido sustituido por un canal cuyas siglas son GH24. La noche pasada, sin querer, lo puse y desperté horas después, preocupado por no oír la voz de un locutor que anunciaba una catástrofe en un lugar del mundo o por la voz doblada de un tal Obama que aparece mucho en ese canal (ya es hora de que aprenda español...) vi una rubia que participa en un concurso de televisión que se emite a todas horas-cuyo nombre desconozco- durmiendo, mejor dicho: roncando, y quién sabe si en alguna ocasión expelió algún otro sonido de sus conductos naturales de su cuerpo.

    Decidí cambiar el canal al único que quedaba: El Canal Internacional 24 Horas. Pero no lo hice, subí el volumen de ese canal que emitía gente durmiendo y con la excusa de sus ronquidos... en fin, ahora Alicia desde el dormitorio de la planta de arriba no sabe si el que duerme soy yo u otro. Ya no hace falta echar la culpa de algún escatológico sonido al perro: Tengo a Gran Hermano.

    Ayer sin más, echaba hielo en mi última copa, y me preguntaron desde arriba (como si fuera Dios quien hablaba) si me estaba echando otro cubata, dije lo siguiente: "Estoy tapado viendo la tele, el ruido que has oído es de una tal Mercedes Milá abriendo el frigorífico de la casa de Gran Hermano que se ha echado un cubata para deshinibirse un poco porque quiere hacer edredoning con uno que canta coplas").

    Reconozco que fue ingenioso el comentario, pero me salió el tiro por la culata: Mi mujer bajó en bata grintando: "No me lo creo, no me lo creo".

    Ahora sé que jamás debo inventarme nombres: Mercedes Milá no sólamente existe: es la presentadora del puto programa.

    Esta noche he puesto el Canal Internacional, sale un tal Lorenzo Milá desde Washington, mejor me callo, porque si le digo a mi mujer que lo estoy viendo por televisión, como Dios que piensa que está cometiendo incesto...

    Mejor me acuesto, que ya me están diciendo desde arriba (la súper -con plomo-) que no haga ruído ¡Me cachis en los mengues...!

    ¡Buen camino a todos!

Comentarios

Poeta Carlos Gargallo ha dicho que…
Buenísimo comentario, felicidades hermoso.

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