Capítulo 8, Acto I «Mi hija y la ópera»
Pasaje del capítulo 8, Acto I de Mi hija y la ópera:

—No me
eches más cerveza que me enfollono —dijo
Consuelo—, bebo de la de mi Paco.
Andrés
ayudó a su mujer a cortar el queso y los embutidos, dejando a sus invitados a
solas con Susana que correteaba alegre alrededor de la pareja.
—Menuda
casa tienen, ¿eh, Consuelo? —susurró Paco a su novia.
—Ya sabes,
los ricos, se lo quedan todo, y por mucho que tú trabajes, ellos ganarán más. Estoy
segura de que si te montaras por tu cuenta, podríamos en poco tiempo tener una
casa igual. Por cada peseta que tú ganas, él se lleva cien. Puedes estar enlomao para que funcione su tienda que
le da igual.
—No hables
así de Andrés que gracias a él tengo un buen sueldo, dirijo una tienda, y tengo
a mi cargo a un vendedor, un técnico, una dependienta… y ¡cállate que nos van a
oír!
—Si es que
eres tonto de lo bueno que eres, pero tonto de remate —concluyó Consuelo
oyendo al matrimonio acercarse con el sonido de los platos y los vasos.Si quieres hacerte con la novela en formato eBook, pincha el título de esta entrada de blog.
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