Capítulo 2, Acto I «Mi hija y la ópera»

Pasaje del Capítulo 2, Acto I, de Mi hija y la ópera:

«Esa tarde, después de la misa fúnebre, se dio sepultura al féretro de su abuela en el cementerio de Balsicas, contigua a la tumba de su abuelo Andrés, del que heredó el nombre. Junto a las lápidas de sus abuelos se hallaban las de su madre y hermano. Él no las veía desde niño:

ANTONIO ROSIQUE MARÍN
9 DE AGOSTO DE 1951 — 31 DE DICIEMBRE DE 1955
QUE DIOS ACOJA Y CUIDE DE NUESTRO HIJO

DOLORES MARÍN VIVANCOS
12 DE ENERO DE 1929 — 6 DE DICIEMBRE DE 1958
TU MARIDO NUNCA TE OLVIDARÁ


   Aquel momento supuso un punto de inflexión en la historia de Andrés, cayó en la cuenta de que sólo hay una oportunidad para vivir la vida, lo que quedara después sería mármol, algunas flores marchitas y una frase dedicada por quien ha sobrevivido que, vanamente, intenta resumir toda una existencia.»

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