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Mostrando las entradas etiquetadas como Nueva York

MI HIJA Y LA ÓPERA — Volumen 38

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9    Al primer lugar donde acudimos una vez quedó confirmado nuestro parentesco tras la prueba de hermandad fue a la casa de nuestra única tía. Ella jugaba en el jardín de su mansión, junto a nuestros pequeños primos. Llegamos sin avisar; Paco, fiel a su palabra, no le había advertido de nada. Yo insistí en darle la más maravillosa de las sorpresas a Laura, no calculando bien el grado de emoción que toleraría al encontrarse con su ahijada después de varias décadas incluyéndola en el grupo de seres que ella consideraba bajo tierra. Tuvimos que llamar a una ambulancia porque se desmayó cuando le contamos la historia y le enseñamos el infalible test genético.    Ha transcurrido mes y medio desde entonces, y Marta —que, lógicamente, así desea que la llamemos— ha venido varias veces de Tres Cantos, localidad donde reside. Yo también le he devuelto alguna visita, conocí a sus hijos: Susana y Ángel que son tan repelentes y caprichosos como cabría esperar de una familia acostumbrad

MI HIJA Y LA ÓPERA — Volumen 36

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7       Mi pequeño nació con algo más de tres kilogramos de peso el 3 de septiembre de 2005. Por aquel entonces ya tenía apalabrada la vivienda en la que ahora resido. Finalmente mis tíos me facilitaron los datos de un conocido suyo que pretendía vender su casa en Cala Flores, un sinuoso complejo residencial junto al pueblo pesquero de Cabo de Palos, a unos treinta kilómetros de Cartagena. Posee unas espectaculares vistas al Mediterráneo.    Afortunadamente mi niño se asemeja a su padre, conserva hoy los rasgos bellos con los que llegó al mundo y su piel tostada de mulato desentona con mi clara tez. Juntos formamos un fabuloso contraste de tonos cromáticos.     Algunas veces, sobre todo cuando llegaba ese inenarrable lazo entre madre e hijo que es el amamantamiento, yo reflexionaba sobre las numerosas preguntas que se haría cuando creciese, respecto a su color de piel, o de su padre, o cualquier otra cuestión que pusiera en peligro el inquebrantable secreto que iba a impo

MI HIJA Y LA ÓPERA — Volumen 28

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27    Como una fugitiva escurridiza merodeaba por las frenéticas calles de Manhattan procurando no coincidir con Isabel. Cansada de dar vueltas, caí en la cuenta de que el único sitio donde no podría encontrármela, por carecer de boutiques, sería en mi lugar preferido. Me encaminé a aquel remanso de paz y naturaleza rodeado de rascacielos por la Central Park West, anduve hasta encontrar un banco soleado, que en invierno son los más solicitados, muy próximo al Edificio Dakota, cercano al lugar donde asesinaron a John Lennon. Recientemente se había conmemorado el aniversario de su muerte, una amplia zona se hallaba llena de flores y mensajes homenajeando al músico. Me acordé entonces de Dani, mi profesor de piano y su peculiar sentido de la estética con esas gafas graduadas de sol con cristales redondos, las cuales usaba incluso en el interior de casa no para emular al compositor inglés sino para evitar ponerse las suyas habituales, unas de pasta con las patillas pegadas al re

MI HIJA Y LA ÓPERA — Volumen 27

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26    Había un restaurante brasileño llamado Bossa Nova, situado en la Novena Avenida, del cual Isabel me había contado por teléfono que era el idóneo para nuestra cena de aquella noche, quedamos allí. Pasé antes por el hotel para ducharme y mudarme la ropa que se encontraba teñida de verde por el césped de Central Park. Llegué al restaurante diez minutos más tarde de lo acordado, Isabel me esperaba en la barra de aquel local bebiendo una sangría que poco se parecía a la que preparaba su madre.    Consumimos gran cantidad de cerveza y vino, alcohol que apenas pudo ser neutralizado dada la frugalidad de los alimentos sólidos que ingerimos. Al abandonar el establecimiento Isabel me agarró del cuello con su brazo derecho.    —Esta noche es para nosotras, y lo prometido es deuda, así que: ¡Vámonos de cócteles!    —Sí, así nos quitaremos el frío.    —¡Y las preocupaciones! —afirmó con fruición.    —Y por supuesto: las inhibiciones —continué dándole un beso en la cara, el