«Aquel
momento supuso un punto de inflexión en la historia de Andrés, cayó en la
cuenta de que sólo hay una oportunidad para vivir la vida, lo que quedara después
sería mármol, algunas flores marchitas y una frase dedicada por quien ha
sobrevivido que, vanamente, intenta resumir toda una existencia.»
Isidoro Galisteo, de Úbeda, Jaén
Siempre lo digo: "Si he de admirar a alguien, que sea de quien ya esté muerto". Cada vez que menciono esta frase, recuerdo a los pocos seres humanos que por su trayectoria admiro: Mozart, Puccini, Verdi, Da Vinci o Marx... Groucho Marx -no el otro-. Tal vez, más adelante, agregue alguien más (estoy deseando que fallezca Vangelis para incluirlo en tan selecto grupo). Por alguna razón, mi forma de entender la vida, impide que idolatre a algún coetáneo. Será mi estúpida teoría de que nadie debe es inferior a nadie (ni siquiera ante Dios), que vea de la misma manera a mi vecina la de los rulos que al jugador mejor pagado del fútbol mundial. No dejan de ser dos personas cuyos destinos han sido bien diferentes (aunque intelectualmente puedan asemejarse). Hoy haré una excepción, y me atrevo a decir que admiro con fervor a una persona a la que he conocido por el único programa de televisión que sigo a diari...
Comentarios