MI HIJA Y LA ÓPERA — Volumen 36
7 Mi pequeño nació con algo más de tres kilogramos de peso el 3 de septiembre de 2005. Por aquel entonces ya tenía apalabrada la vivienda en la que ahora resido. Finalmente mis tíos me facilitaron los datos de un conocido suyo que pretendía vender su casa en Cala Flores, un sinuoso complejo residencial junto al pueblo pesquero de Cabo de Palos, a unos treinta kilómetros de Cartagena. Posee unas espectaculares vistas al Mediterráneo. Afortunadamente mi niño se asemeja a su padre, conserva hoy los rasgos bellos con los que llegó al mundo y su piel tostada de mulato desentona con mi clara tez. Juntos formamos un fabuloso contraste de tonos cromáticos. Algunas veces, sobre todo cuando llegaba ese inenarrable lazo entre madre e hijo que es el amamantamiento, yo reflexionaba sobre las numerosas preguntas que se haría cuando creciese, respecto a su color de piel, o de su padre, o cualquier otra cuestión que pusiera en peligro e...