Capítulo 10, Acto I «Mi hija y la ópera»
Pasaje del capítulo 10, Acto I de Mi hija y la ópera : «En ese instante de desasosiego colectivo apareció el vehículo de Pepe que se introducía en la finca tocando el claxon. En su rostro atemorizado pudo distinguirse un resoplido de alivio al ver a su hijo en el exterior de la casa. —¡Llevo el susto metido en el cuerpo hijo mío!, ha habido en el cruce de la carretera de Canteras un accidente gravísimo, con muertos, cuando me han dicho que el coche era un Seat 131 blanco pensé que podía ser el tuyo. No te puedes imaginar la alegría que me da verte. ¿Qué te pasa Andrés?... ¡Estás pálido!... Laura se asomaba desde la puerta de la entrada de la casa sosteniendo la guía telefónica e informando que había encontrado el número de la carnicería, se le desplomó de sus manos sobresaltadas al avistar un vehículo patrulla de la Guardia Civil que estacionaba junto a la verja. A sus catorce años ya sabía que aquella visita no presagiaba nada bueno. Dos hombres uniformados de